Revista de Bajos

Yamaha TRB1005J review

Yamaha TRB1005J

La historia de la serie TRB de Yamaha se remonta a 1989, año en que vio la luz el primer modelo de la serie. No era nada frecuente ni fácil por aquella época encontrar en las tiendas bajos de 5 cuerdas, y aún menos de 6, con lo que la aparición de esta serie constituyó un hito que abría un nuevo horizonte a los bajistas: tener acceso a un instrumento de fabricación en serie, y por tanto a un precio no desorbitado, que iba mucho más allá de los típicos bajos clásicos, con una electrónica más que poderosa para la época y un diseño y concepción que rompían muchos estándares establecidos.

Parece evidente que no vamos a analizar un bajo que constituya una novedad en el mercado en 2012, pero nos hemos inclinado por este modelo por una serie de razones de peso: primeramente porque esta revista quiere siempre ofrecer a sus lectores un abanico muy amplio de marcas y modelos a revisar y Yamaha, la marca que más instrumentos musicales (en general, no solo bajos) vende en el mundo, aún no había estado presente en nuestras páginas; en segunda instancia, porque aunque este modelo tiene ya 23 años de existencia, siempre está en evolución por parte de la marca y estamos ante la nueva serie TRB-J, cuya fabricación se ha trasladado a Indonesia, y esto da la opción, a quien busca un bajo versátil y alejado de lo clásico, de adquirir un modelo contrastado a un precio muy atractivo; también porque durante más de 2 décadas ha sido el modelo de elección de muchos grandes bajistas de la escena internacional y eso lo convierte en uno de los bajos que han contribuido a escribir la historia del bajo eléctrico; y por último, porque vimos el otro día a Abraham Laboriel hacer un clinic con uno idéntico y nos despertó las ganas de adentrarnos en él.

Como siempre que nos enfrentamos a un instrumento, tenemos que no perder de vista el rango de precio donde se enmarca, de modo que tampoco nos generemos unas expectativas injustificadas. Digo esto porque a lo largo de la historia de la serie TRB han existido modelos y épocas cuya fabricación se hacía en Japón bajo los más altos estándares de calidad en maderas y construcción, a la altura de cualquier bajo de boutique de los más prestigiosos, y lógicamente su precio estaba en consonancia. Pero lo que Yamaha busca con esta serie TRB-J no es fabricar un instrumento de alta gama, sino popularizar la esencia del diseño y de la electrónica de esta serie para que llegue a todos los públicos. Y lo consigue, al igual que otras marcas punteras, abara- tando costes sin sacrificar las prestaciones sonoras del instrumento: utilizando unas maderas y acabados normalitos, fabricando en un país con una mano de obra mucho más barata, pero al mismo tiempo conservando (incluso mejorando) la electrónica de versiones anteriores más caras.

Yamaha TRB1005J cuerpo

Construcción

Lo primero que nos ha llamado la atención en este bajo es su estética, porque pese a utilizar maderas de calidad estándar, como acabamos de decir, los elementos constructivos son más pro- pios de bajos de alta gama que de gama media como es el caso. Nos referimos en concreto al cuerpo y al mástil. Se trata de un cuerpo laminado construido en aliso con tapa de arce figurado con un acabado en brillo bien atractivo y bonito. Esta combinación de maderas es, en parte, la clave de su claridad de sonido.

El mástil sorprende también porque está construido con 5 piezas engarzadas de arce y caoba, algo propio igualmente de instrumentos de precio muy superior que le confiere clase y distinción. Su escala larga de 35” es un aditamento importante para conseguir mayor tensión y definición en la 5a cuerda. El diapasón es de palorosa, poniendo el complemento ideal al cuerpo de aliso para que el tono tenga buenos rasgos de calidez. Alcanza hasta 24 trastes (demasiado “brutos” de tamaño a mi gusto) y contiene unas incrustaciones frontales como marcadores bastante llamativas que son un plus en la personalidad estética del bajo. De tacto prácticamente plano, y con una generosa separación entre cuerdas, permite recorrerlo con rapidez y es bastante “permisivo” con las técnicas de digitación más complicadas, por su comodidad y porque la separación entre cuerdas facilita el paso de una a otra como si de un bajo de cuatro cuerdas se tratase.

El mástil está atornillado al cuerpo y eso significa pegada y articulación del sonido contra el mayor sustain de los bajos con mástil a través de cuerpo. La union entre cuerpo y mástil se reveló sin fisuras y muy estable.

En lo que a hardware se refiere, el puente está fabricado en latón con un precioso acabado satinado y es de alta masa para una mejor transferencia de la vibración de las cuerdas a la madera del cuerpo y muy sencillo de ajustar. Los clavijeros, de fabricación propia, son de parecida factura al puente, ligeros y muy sólidos, con un mecanismo que va como la seda.

Terminaremos este apartado diciendo que el bajo en las manos es cómodo, de peso medio, no cabecea en absoluto, ni sentado ni de pie, y la transmisión de sensaciones es la de un instrumento con el que aceptar cualquier reto.

Yamaha TRB1005J

Electrónica

Aquí entramos en el terreno fuerte del TRB1005J. Y decimos esto porque es evidente, y lo hemos puesto de manifiesto en los párrafos anteriores que, cuando estamos ante un bajo de gama intermedia, tenemos que ser conscientes que el acabado y las maderas han de corresponderse evidentemente a su segmento de precio y de mercado. Ahí, junto con el país de fabricación, es don- de reside el secreto de su coste asequible. Sin embargo, si a un instrumento de esta gama le dotamos de una electrónica de calidad, obtendremos un resultado sonoro, que al fin y al cabo es lo que llega al oyente de nuestra música, similar o igual al de instrumentos de acabados más finos.

Y esta premisa se cumple con creces en el bajo que ahora tenemos en nuestras manos para analizar. Esta vez he variado el entorno de prueba y no me lo he llevado ni al local de ensayo ni a ningún bolo, porque me apetecía descubrir más intimamente los matices de sus posibilidades, que por lo variado de los estilos de los bajistas famosos que respaldan la serie TRB, se me antojaban enormes.

Lo he probado largo y tendido en mi estudio personal, con herramientas tan extendidas como un iMac, una interfaz de audio Presonus (Firestudio) y un programa como el Logic Pro. He grabado sobre pistas de batería, he aprovechado unas cuantas grabaciones multipistas para silenciar la pista del bajo ya existente e incorporarle a la grabación la misma pista con el Yamaha y he tocado encima de algunos de mis discos favoritos. Y en todos los casos el resultado ha sido más que satisfactorio, con un sonido de bajo consistente, profundo cuando hacía falta y agresivo y brillante cuando así se requería… en definitiva, que si alguien no triunfa en la música os aseguro que no podrá echarle la culpa a su TRB-J.

Veamos donde reside el poderío de la electrónica de este bajo Yamaha. Para empezar, me han encantado las pastillas por su silencio absoluto a la vez que su sensibilidad de respuesta y su elevada señal. De Alnico V, y por supuesto “humcancelling”, entregan un sonido natural pero super potente. Perfectamente comple- mentarias, la del mástil nos aporta peso y profundidad (inevitablemente, ella sola aislada me transportaba al universo “Precision” pero con algo menos de medios y algo más de fuerza en graves) y la de puente es la parte más gutural y mediosa de la pareja (universo “Jazz Bass” pero menos cantarina en lo que a sonido gutural se refiere). Cuando se abren ambas a la vez, el sonido es muy equilibrado, muy potente y muy claro.

Yamaha TRB1005J cuerpo

Y sobre estos firmes y buenísimos cimientos se edifica una ecualización de 3 bandas, con sus correspondientes potenciómetros de graves, medios y agudos. También puedo afirmar que la ecualización de este bajo es justo lo que tiene que ser. No hay en ella ni tonos extremos ni exageraciones que no suelen servir para nada, ni tampoco hay racanería en su alcance. Es la ecualización que un bajo activo que aspira a sonar bien necesita: cada banda de frecuencias respondiendo y aportando los matices y colores esperables en su realce o recorte (en torno a una muesca central). Así pude obtener muchos sonidos diferentes, todos usables, que fueron asentándose en las grabaciones que hice de manera perfecta. A veces no hace falta más que decir de una ecualización que “cumple con su función con calidad”. Buena dinámica, buena claridad, buena profundidad. Y lo demás sobra.

Unamos a esto los preceptivos controles de volumen y balance entre pastillas y habremos dicho todo de una electronica que hace de este bajo un instrumento que igual se planta con la misma decisión en una banda de rock, que de heavy, que de reggae, que de fusión.

Conclusiones

No sé por qué tengo la intuición, releyendo lo que he escrito sobre el TRB1005J, que poco me queda por decir a modo de conclusión que no haya dicho ya. Si una serie lleva en el mercado más de 20 años, por algo será. Si una marca es la que más instrumentos musicales vende en el mundo, por algo será. Si Abraham Laboriel hace un clinic con uno idéntico, por algo será. Si a mí me ha gustado este instrumento, completo y super bonito a la vista, costando por debajo mil euros, por algo será. Ahora te toca a ti buscar una tienda donde lo tengan e ir a probarlo. Desde ese momento lo tendrás en mente como una excelente opción para tu próximo bajo.

Jerry Barrios

Yamaha

TRB1005J

Aliso

Arce figurado

5 piezas arce-caoba

Palosanto, radio 10”

Latón sólido

cromado

Standard

Volumen, balance, gravies, medios, agudos

Lateral

Alnico V HUM-cancelling

Natural

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