Revista de Bajos

¿Bajo relic o no relic?

A mitad de la década de los 90 del siglo pasado concretamente en 1995, Fender puso a la venta dos instrumentos una Nocaster  y una Stratocaster Mary Kaye. Ambas guitarras eran réplicas de los instrumentos originales y mostraban en su apariencia signos de haber sido utilizadas durante tiempo cuando no era así, era el origen de lo que se vino a llamar “Relic”.

¿A quién se le ocurrió la idea de vender instrumentos nuevos que se sienten al tocar con el tacto de uno usado y que lucen como si lo estuvieran?

El relic tiene su origen en una demanda previa.  Algunos artistas temerosos de sacar de gira sus guitarras o bajos favoritos  – generalmente de los años 50 ó 60-  por temor a una posible inestabilidad de la electrónica, o la afinación y el riesgo que conlleva a que te falle en escena o simplemente por el desastre que supone perder tu instrumento favorito por un accidente o robo, comienzan a encargar réplicas de los mismos a la Custom Shop de Fender. Hasta aquí nada nuevo.

 

¿La golpeo Mr. Richards?

Se atribuye a Keith Richards, leyenda absoluta de la guitarra, el haber comentado a la Custom Shop que algunos de sus encargos tenían un aspecto demasiado nuevo. “Dadles algunos golpes para que pueda tocar con ellas” se le ocurrió al bueno de Keef.

 

 

Fender Precision Closet Classic

Aquello levantó la veda, en la Custom Shop comenzaron a incorporar en las guitarras y bajos marcas, roces que simulaban e imitaban el paso del tiempo por un instrumento como si este hubiera sido muy tocado, es decir se realizaron guitarras y bajos nuevos que parecían y se sentían como añejos.

Esto de alguna manera solucionó posteriormente el problema planteado por la “inestabilidad” de los instrumentos más viejos y además permitía a los usuarios más comunes acceder a guitarras o bajos muy similares a los originales sin tener que pasar por el riego que implica el mercado vintage en cuanto a precio y posibles falsificaciones se refiere.

A J. W. Black, master builder de la Custom Shop de Fender en aquellos años se le ocurrió la idea de ofrecer ese tipo de instrumentos “viejos” como referencias habituales del catálogo de la marca. Habían nacido las Relics.

La marca atendió la demanda que empezaba a desarrollarse con la ya nombrada Nocaster Relic más una línea de tres Strato Relic. Acabaron siendo un gran éxito siendo además la Mary Kaye el modelo más vendido para la Custom Shop a finales de los años 90.

 

¿Cómo de relic te gusta?

Ya sabemos que los norteamericanos son unos verdaderos maestros en esto del marketing, cuando identifican una demanda van a muerte a por ella así que los pasos posteriores fueron en la dirección de desarrollar el producto, no sea cosa que a alguno de la competencia le dé por seguir el mismo camino.

La línea relic se expandiría a partir de 1998 proponiendo tres tipos de recreaciones: las Time Machine Series.

La componían en primer lugar los instrumentos NOS (New Old Stock) pensadas como réplicas idénticas producidas para parecerse al máximo a un instrumento acabado de estrenar, como si hubiera sido fabricado en la cadena de producción de Fender de la época.

 

Pala envejecida de un Precision

A continuación estaban los Closet Classic que intentan imitar a las guitarras y bajos comprados nuevos y que han sido utilizadas durante un tiempo para después guardarlos en su estuche hasta la actualidad. ¿Quién no ha soñado con encontrarse uno de estos en un desván o en un mercadillo?

Y por último estarían los tipo Relic que son los que como hemos comentado antes, estarían golpeados, rozados, con cracks y/o suciedad añadida en un trabajo meticuloso por la Custom Shop.

En el año 2000 se incluirían en la serie los Jazz Bass del 64, la Nocaster 51, el Precision Bass del 59, del 56 y del 60. También las Strat del 69 y la Telecaster del 63 todas ellas disponibles en las tres edades que hemos comentado anteriormente y focalizadas en un número aún reducido de fans de Fender con ganas de hacerse con una Fender nueva con el sonido y el tacto (la playability) de una vieja y en el caso de las relic con el look de una guitarra muy usada.

Este es inicio de la historia y hasta la actualidad no han dejado de fabricarse por Fender, incluyendo posteriormente series más económicas como la Road Worn realizadas en Méjico y también las realizadas por los master builders así como la réplica de guitarras concretas como la Telecaster de Jeff Beck, la Number One de Stevie Ray Vaughan o la Blackie de Eric Clapton por citar algunas.

Alguna prueba del éxito de la propuesta es el hecho de que otras marcas hayan incorporado modelos envejecidos a su catálogo o incluso basado todo su catálogo en este concepto.

 

Fender 62 Jazz Bass Relic

¿Pero te gustan o no?

Hasta ahora todo ha sido desgranar una serie de datos objetivos y ya toca dar una opinión. Por cuestiones profesionales hemos tenido la ocasión de probar y chequear muchas guitarras, originales de los 50-60s, otras con todo tipo de nivel de relic, y por supuesto nuevas.

Es innegable que un bajo de la Custom Shop realizado por un master builder y con un trabajo profesional de “relicado” tiene un punto que otras no te dan. Y con esto no quiero decir que sea mejor ni peor, simplemente existe una diferencia y la percepción de ello es posiblemente subjetiva pero desde nuestro punto de vista existente.

A partir de aquí no tiene que ser una opción excluyente el que te guste el relic, se pueden tener guitarras envejecidas, nuevas impolutas, de boutique etc. Hay quien no tocaría nada que no hubiese envejecido el mismo por su desgaste de uso (que sea acabada a la nitro porque si no…) Nos gustan todas las opciones porque somos omnívoros, pero un bajo relic es algo que nadie debería dejar de probar o de tener si se lo puede permitir.

Will Martin

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