Revista de Bajos

Warwick Teambuilt Pro Series Stage-I

Este bajo Warwick Teambuilt Streamer Stage I-4 pertenece a la serie Masterbuilt y ha sido construido en la planta de Warwick en Markneukirchen, Alemania, con el mismo rigor y selección de maderas que las gamas más altas (Custom Shop) de esta marca. 

Warwick da la oportunidad a sus distribuidores de encargar pequeñas series de bajos de Edición Limitada con algunas características especiales en cuanto a la selección de maderas, componentes o acabados.

En este caso han sido Acousticarium, los distribuidores actuales de Warwick para España, los que lo han hecho y el resultado es una serie de bajos Streamer Stage I tanto en versión de 4 como de 5 cuerdas y un acabado realmente espectacular denominado Emeraud Green así como herrajes negros. Nos atrevemos a decir que es el bajo de color verde más bonito que hemos visto nunca.

La larguísima trayectoria de Warwick ha demostrado que más allá de las modas  y las tendencias, todo lo que sale de su fábrica en Alemania ha sido construido del modo más absolutamente metódico donde no se deja nada al azar y donde cada aspecto del proceso es continuamente monitorizado por un sistema que sencillamente elimina los errores.

Hace varios años pudimos visitar las instalaciones de esta empresa y damos fé de que así es. Nunca habíamos visto un proceso de construcción tan meticulosamente cuidado. Warwick ha invertido millones de euros para hacer que las mejores máquinas de control numérico estén al servicio de su exigente control de calidad. De hecho en el momento en el que una de estas máquinas detecta el más mínimo problema, esta se para y un técnico debe revisar qué está pasando.

Warwick Teambuilt Pro Series Streamer Stage-I 4 Emeraud Green, pala

Está claro que a todos nos seduce el encanto de un instrumento hecho a mano por aquello de la intervención del elemento humano en la figura del luthier, pero por otro lado cuando estás en un escenario o en un estudio lo único que quieres es que el mástil no tenga deformaciones, los trastes estén instalados y coronados de forma absolutamente perfecta, la electrónica no tenga el menor rastro de ruido, etc. Tal y como nos decían en la fábrica de Warwick, estas máquinas son igual de eficientes el lunes a las 8 de la mañana que el viernes a las 6 de la tarde…

Lógicamente todo este trabajo tan minucioso sólo se puede llevar a cabo si partimos de los mejores materiales, empezando por la madera.

Cuando Warwick llegó al mercado en el año 82 (hace ya 41 años…) su motor era “The sound of wood”. Si bien siempre es tema de debate el impacto de los diferentes tipos de madera en el sonido final en un bajo eléctrico, lo cierto es que hay algo absolutamente vital a la hora de construir un instrumento y es que las maderas deben estar lo más secas posibles.

Uno de los problemas más grandes que nos encontramos hoy en día es que muchas marcas y luthiers utilizan maderas que se han cortado hace relativamente poco y aún conservan un gran contenido de humedad, el cual al ir desapareciendo con el tiempo hará que los mástiles se muevan o aparezca el fenómeno de trastes que cortan o bien que son expulsados al secarse el diapasón (y por tanto encoger).

En nuestra visita a las instalaciones de Warwick pudimos entrar en el almacén de maderas exóticas más grande que hemos visto nunca (y hemos visitado algunas de las empresas más grandes de guitarras y bajos del mundo).

Es absolutamente impresionante lo que tienen allí, pero es que no es sólo eso, sino que además toda esa madera está siendo sometida durante años a un proceso de secado natural donde la madera va perdiendo ese grado de humedad y por tanto cuando se usa para un instrumento es ya tremendamente estable. Lógicamente esto encarece el proceso porque la marca debe comprar la madera, almacenarla durante años y controlar su grado de humedad, pero es que cuando compras ese instrumento lo que estás comprando también es la estabilidad.

Este grado de humedad se monitoriza no sólo en los almacenes de Warwick, sino también en el mismo momento de cortar la madera para empezar a hacer un instrumento, y si su avanzado sistema detecta que el contenido de humedad aún es ligeramente alto, se rechaza esa pieza y se vuelve a llevar a la zona de secado/almacenaje. Ojalá todas las marcas hicieran algo así…

Warwick Teambuilt Pro Series Streamer Stage-I 4 Emeraud Green. electrónica

Streamer Stage I

El Streamer Stage I es un modelo mítico de Warwick, sin duda. Para muchos, el mejor que ha salido de esta factoría alemana. Este modelo se caracteriza con tener un mástil a través del cuerpo hecho con 3 piezas de arce flameado y un cuerpo de cerezo americano, una fórmula que Warwick ya ha usado en muchas ocasiones por los buenos resultados que ofrece.

La construcción neck thru y el uso del arce crean una combinación perfecta de sustain y ataque.

El mástil es una absoluta delicia gracias a su cejuela de 38mm (por cierto, es una Just-a-Nut ajustable como es costumbre en Warwick) y al perfil tremendamente cómodo del mismo. Lejos quedan aquellos mástiles Warwick tipo “bate de baseball” de los 90 y años posteriores. Ahora es un mástil realmente cómodo y ergonómico.

Los trastes Warwick se hacen con la misma aleación con la que se fabrican las campanas, lo cual asegura la duración y la respuesta acústica. En este caso tenemos 24 trastes sobre un diapasón de wenge.

El característico puente y cordal separados de Warwick permite la máxima precisión a la hora de ajustarlo a tu gusto y además transmite de un modo perfecto las vibraciones de las cuerdas al cuerpo.

Warwick Teambuilt Pro Series Streamer Stage-I 4 Emeraud Green, trasera

Antes de conectar este bajo a un amplificador podemos apreciar el tremendo sustain y claridad que posee. De hecho acústicamente tiene más volumen que la mayoría de bajos eléctricos, algo que sin duda demuestra lo tremendamente bien hecho que está. Pura ingeniería alemana. Esto va a ayudar mucho cuando conectemos el bajo a un buen amplificador, sin duda.

Para este modelo además se ha usado también la versión más actual de electrónica MEC en cuanto a pastillas (set PJ activas) y circuitería. El bobinado especial de estas pastillas y su colocación en el cuerpo hacen que capten las vibraciones de las cuerdas sin restricción alguna.

El circuito es de 2 bandas y está diseñado para funcionar especialmente bien con la respuesta de estas pastillas, de modo que puedes engordar el sonido fácilmente subiendo un poco los graves o bien llevarte el sonido a un terreno más tradicional atenuando agudos. Al tirar del volumen el circuito desaparece de la señal (modo pasivo), pudiendo tener el sonido directo de las pastillas, una opción ideal para el estudio de grabación donde suele ser preferible captar el sonido más puro y directo del instrumento para posteriormente procesarlo a nuestro gusto.

El sonido es tremendamente claro y potente, con una definición extraordinaria en cada nota. No hay técnica o estilo que no suene bien en este bajo. De hecho la tremenda claridad de sonido que tiene hace que te plantees usar ciertas técnicas o registros que en otros bajos sencillamente no funcionan. Da igual si usas dedos, púa, si tocas con técnica de slap, tapping, acordes… Todo resulta nítido y lo que es mejor, musical.

Lo cierto es que cada detalle de este bajo destila calidad por todos los lados. Un ejemplo perfecto de ingeniería alemana al servicio de la música.

Y por si esto fuera poco, se trata además de un bajo muy ligero (3.6kg) que podrás usar en largas sesiones sin el más mínimo atisbo de fatiga.

La verdad es que cuando las cosas están bien hechas hay que reconocerlo, y este bajo es perfecto tanto en construcción como en acabado, montaje, selección de componentes, etc.

Incluye funda Starline muy acolchada, certificado, herramientas, manual y cierres de seguridad.

Joaquín García

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