Mayones Patriot 5

Mayones es una marca que lleva muchos años en el mercado, en concreto desde 1982, fabricando instrumentos hechos a mano en Polonia. Su filosofía es muy interesante, por- que está a medio camino entre los luthieres de boutique y los fabricantes en serie. Ellos ponen en sus catálogos una serie de modelos y luego los dotan de decenas de opciones para personalizarlos (eso que también llamamos “customizarlos” en esa irremediable ten- dencia a “inglesizar” nuestro lenguaje). Prácticamente no verás dos bajos Mayones igua- les, porque cuando se piden a fábrica todas las opciones de configuración están abiertas. Y si lo quieres “ya de ya”, pues entonces tendrás que conformarte con alguno que tenga un distribuidor en la tienda, que se habrá fabricado según las especificaciones solicitadas por el propio distribuidor. Un apunte más: Mayones es la mayor fábrica de instrumentos de Europa hechos a mano. Por algo será.

En el caso que nos ocupa, vamos a realizar la prueba sobre un Patriot 5 Custom que nos fue cedido por cortesía de Todobajos. Recomendamos encarecidamente echar un vistazo detenido a la web de Mayones, donde podréis haceros una idea de su poderío y de los artistas que la respaldan.

Construcción

El bajo, al primer golpe de vista, es sencillamente para quedarse con la boca abierta. Tanto su forma como su acabado y las maderas de las que está construido son realmente llamativas y estéticamente muy, muy atractivas. Y el acabado en brillo le confiere una imagen de instrumento de muy alta gama. En cierto modo, muchos de sus modelos me recuerda un tanto a los bajos Alembic y sus maderas nobles y detalle de construcción también. Hasta el puente separado en dos piezas me evoca a la marca americana. Pero con un pequeño detalle diferenciador: cuestan unas 5 veces menos, que no es moco de pavo.

Como hemos dicho, este bajo está construido exactamente como Todobajos especificó al fabricante, pero es una magnífica referencia de lo que se puede obtener de un bajo Mayones. Es un bajo con mástil a través de cuerpo, construcción que encarece pero le otorga un plus de sustain y siempre se asocia con un tono más sensible a la respuesta acústica de las maderas. El cuerpo es de fresno con tapa de cocobolo, con una veta impresionantemente bonita que realza perfectamente su acabado barnizado brillante. La tapa está asimétricamente colocada sobre el cuerpo, permitiendo que el fresno asome más por unos bordes que por otros y dotándole así de una sensación de bitono que llama lo hace aún más elegante.

 

El mástil es de cinco piezas combinadas de wenge y padouk. La combinación de 5 piezas encoladas es garantía de máxima estabilidad y resistencia a cambios climáticos de temperatura y humedad. Conlleva mucho más trabajo de fabricación pero es muy frecuente encontrar este tipo de mástiles en los bajos de alta gama. De hecho, pocas veces hemos tocado un bajo de 5 cuerdas con una acción tan baja y con tanta facilidad física para recorrer el mástil de arriba abajo. El perfil del mástil es poco voluminoso, con una curvatura en su parte posterior que va descendiendo a medida que bajamos trastes y que permite abordar la interpretación muy cómodamente y con rapidez. El diapasón, sorprendentemente, es de caoba, algo muy poco corriente. De hecho, a simple vista nos parecía ébano, y hemos de decir que por las cualidades sonoras que luego hemos podido constatar en el instrumento y por su dureza, se asemejan mucho entre sí.

24 trastes de calibre medio, pala a juego con la tapa de caoba, acceso a alma por la pala, puntos de marcaje en el lateral del mástil, dos compartimentos para las pilas (el previo se alimenta con 18 voltios) en la parte trasera y clavijeros negros de fabricación alemana completan sus elementos constructivos.

El puente merece mención aparte porque es de dos piezas, una para el encordado y otra para el apoyo de las cuerdas y su regulación en altura y entonación para la octavación. Siempre me ha gustado esa separación, que además de tener su punto estético (Alembic fueron los primeros en hacerlo allá por los años 80) tiene unas propiedades de aislamiento en las vibraciones de las cuerdas que permiten independizar el punto de apoyo del punto de sujeción y eso siempre me ha parecido una contribución a que el sonido sea más lim- pio y más dependiente de la madera y menos influenciado por los contactos con piezas metálicas de gran tamaño.

He de decir que entre sus cualidades no se encuentra ser un bajo ligero, pero ya sabemos que este asunto tiene muchos puntos de vista, ya que hay quien opina que los bajos demasiados ligeros transmiten esa ligereza al sonido y que los bajos que pesan tienen una densidad que se refleja en el sonido y le dota de más cuerpo y dimensión sonora. Yo sobre esto no opino porque no tengo evidencias de que sea realmente así o al contrario o simplemente que no influya en absoluto.

Electrónica

A tal exquisitez de mueble no se le puede asociar cualquier electrónica. Por eso aplaudimos la configuración elegida para este bajo: dos pastillas tipo “soapbar” de Bartolini y un previo Aguilar OBP-3. Ambas elecciones son acertadísimas y son material de primer nivel.

Las pastillas de tipo “soapbar” tienen en su ADN la capacidad de responder a todos los registros y la fuerza de señal y nos parecen muy acordes con lo que cabe esperar de un instrumento como éste, de 5 cuerdas y destinado a cubrir todo los estilos de música y con máxima amplitud de miras. Las Bartolini están sobradamente contrastadas como unas de las más valoradas del mercado, siempre con tendencia a ser suaves, más redondas que agresivas, más finas que bruscas.

Y el previo OBP-3 de Aguilar es también uno de los previos estrella del mercado ya desde hace muchos años, uno de los más apreciados cuando se trata de versatilidad y se persigue contar con muchas posibilidades partiendo de un sonido limpio y básicamente equilibrado y de alta calidad. Los elementos de control disponibles en este previo de alta ganancia (18 voltios de alimentación) son: volumen, balance de pastillas, medios, agudos/graves en potenciómetro concéntrico, control de tono (que funciona tanto en pasivo como en activo) e interruptor activo/pasivo.

En uso

Vamos ahora a adentrarnos en el resultado sonoro y tonal de todo lo anteriormente expuesto. Lógicamente hicimos la prueba empezando por tocar el bajo en pasivo y con el control de tono abierto por completo. Y fue esa primera impresión la que más me gustó del bajo. No quiero decir con esto que cuando entra en juego el previo con todas sus posibilidades el sonido empeore, nada más lejos de la realidad, sino que me pareció tan natural y articulado el tono fundamental que cualquier cosa que viniese después ya era esperable.

No me extrañaría que quien adquiera un bajo de estas características y si suena como suena éste, pudiese optar por no usar el previo y enchufarse directamente a un buen ampli y sonar como un rey. De hecho yo lo probé en un Markbass Little Mark II “antigüito” con dos pantallas también de la marca italiana (una 2x 10 y una 1 x 15), que es una configuración media en todos los sentidos, y sonaba a gloria. Siempre he pensado que es imposible que un bajo que en pasivo no suene bien, sea mejorable después a base de circuitos. Pero también siempre he pensado que un bajo que suena bien en pasivo con su tono fundamental, puede crecer y enriquecerse mucho con un buen previo.

Y este es el caso. En cuanto entra el previo, ya estamos más cerca de un sonido “hi-fi” que de otra cosa. Y a partir de aquí, un universo de posibilidades. Yo encontré los mejores y más dulces puntos tonales con las dos pastillas abiertas a tope (balance en medio) y realces muy suaves en las tres bandas de ecualización. Así es como el sonido se hace más grande sin perder nada de su identidad. En cuanto se extreman los realces de las bandas de ecualización, el sonido empieza a cambiar en otras direcciones seguramente poco útiles, sobre todo si se abusa de los graves, que son potentísimos y pueden llegar a formar una especie de suelo que satura el sonido. Pero quizás algunos encuentren en ello un sonido apetecible, para tipos de música agresivos que necesitan mucha tralla.

Otra de las ecualizaciones que encontré muy dinámica y atractiva fue recortar un poco los medios y realzar un cuarto de recorrido los agudos y los graves, formándose esa curva musical que a muchos gusta y que en este bajo es especial cuando se consigue porque se logra un sonido limpio muy lleno de graves y con una brizna de brillo a la vez que se me antoja capaz de sobresalir en cualquier mezcla.

La quinta cuerda es mejor que buena, octava perfectamente y tiene una tensión sonora que transita perfectamente desde la cuarta, nada fofa y con definición y nitidez. Después de recorrer el mástil durante aproximadamente una hora que estuve a los mandos de este Mayones, puedo garantizarte que no fatiga las manos, que no tiene ni un punto muerto, que la uniformidad de sonido en el paso de unas cuerdas a otras está totalmente equilibrada y que, aunque sea un tópico en todas las pruebas como ésta, es completamente cierto que es un bajo con el que podrás afrontar todo tipo de música, porque su abanico de registros y posibilidades es tan amplio que siempre vas a encontrar un sitio para ti y tu sonido.

Conclusiones

Contrariamente a lo que hacemos normalmente, que es concluir con un resumen de las características a destacar del instrumento, y que suele ser redundante en parte con lo ya dicho, me gustaría esta vez terminar haciendo de nuevo hincapié en Mayones como marca. Al fin y al cabo este es un instrumento entre un mundo ilimitado de ellos. Si tienes oportunidad de pro- bar éste sobre el que hoy escribimos, entenderás por qué nos gusta. Y si pruebas otro en un distribuidor donde los tengan, lo entenderás igualmente.

Si sueñas con elegir todas y cada una las características de tu bajo, si sueñas con que tu bajo sea único, pensado por ti y hecho para ti, y no quieres hipotecarte, no te olvides de Mayones. Y si no puedes esperar porque ya estás deseando tener uno, pues no dudes que cualquiera de ellos que encuentres en una tienda (desgraciadamente no muchas los tienen) colmará tus expectativas.

Jerry Barrios