Revista de Bajos

Comparativa EBS Classic Session 30, Ampeg BA-108 y Warwick BC20

No suele ser nada habitual encontrar muchas noticias ni pruebas de “combitos” de bajo cuando se trata de los más pequeños de las gamas de los fabricantes. Parece que si un combo no tiene por lo menos 100 watts y un altavoz de 12” ya no sirve para mucho a un bajista. Y seguramente esta afirmación fuese defendible hasta hace unos cuantos años, porque si un combo no servía al menos para ensayar con la banda… ¿qué objeto tenía? Pero las nuevas tecnologías han cambiado notablemente este panorama.

Efectivamente, desde el momento que en un local de ensayo hay una batería, si queremos que nuestro bajo se escuche al menos, por debajo de 100 watts y un cono de 12 estamos vendidos. Y aún así, depende del combo, del fabricante y, por supuesto, del batería y su ímpetu a la hora de tocar. Pero hay mucha vida más allá del local de ensayo.

Como decíamos un poco más arriba, las nuevas tecnologías han dado protagonismo a los combos más pequeños, como los que vamos a analizar y comparar en este artículo. Y lo han hecho en dos sentidos: por un lado, porque estos combitos han mejorado muchísimo en la calidad de su sonido y en la entrega de tono y potencia al usuario; y por otro lado, porque la facilidad tremenda para acceder a tecnologías de grabación multipista a través de ordenadores personales ha llevado a una situación en la que muchos músicos tienen en su casa un “estudio casero” capaz de permitir la grabación de maquetas y frecuentemente, hasta discos completos. Cierto es que existe mucho software y “plug-ins” de modulación y emulación de amplificación, pero hay quien prefiere que la señal que entre al disco duro provenga de un amplificador de verdad, más caliente y real, y luego ya la trabajaremos con software si es que conviene. Yo me encuentro entre estos últimos.

Si a todo eso le añadimos que cada vez se estudia y se practica más en casa y que la fabricación de estos pequeños amplis se ha trasladado a países asiáticos, y por tanto se logran precios impensables hace unos años (en muchos casos por debajo de los 200 euros), pues estamos ante la explicación de que hayan proliferado como setas, en todas las marcas, en gamas de productos que suelen escalarse en 20, 30, 40 y 50 watts y con conos de 8” y 10” dependiendo de la potencia del aparato en cuestión.

Hoy nos ocupamos de 3 modelos de marcas reconocidas en el mundo del bajo, que vamos a analizar y probar brevemente, porque tampoco sus prestaciones y configuraciones son para extenderse mucho, y a comparar entre ellos. Los tres tienen una característica en común: tienen el altavoz más pequeño que merece la pena considerar a la hora de comprar un combo de bajo que suene a bajo y no a chicharrilla, un cono de 8”.

EBS Classic Session 30

EBS Classic Session 30

Con una estética idéntica a la de sus hermanos mayo- res de gama y 30 watts de potencia, este “pequeñajo” es una joyita que te sorprenderá. En primer lugar, salta a la vista que ha sido diseñado para el músico exigente, tanto si es profesional como si no lo es, para quien quiere calidad en todos los formatos, sean grandes o pequeños. Sus prestaciones incorporan los elementos básicos pero imprescindibles para trabajar con él en entornos de práctica o grabación: control de ganancia, graves, agudos, volumen general, salida de auriculares, entrada auxiliar y salida de línea XLR balanceada.

El control de ganancia permite regular la entrada de señal según sea activo o pasivo el bajo que estemos usando con el combo, así como jugar con un posicionamiento alto para obtener saturación en el soni- do. Esta saturación que emula a la de las válvulas es conseguible en todos los amplificadores y previos EBS gracias a su control de ganancia “Gain” y parece una prestación de lujo en este reducido y barato combo, pero ahí está, porque EBS no consiente una pérdida de calidad, por mínima que sea, en ninguno de sus productos.

La entrada auxiliar y la salida de auriculares son de gran utilidad en un entorno de práctica, la primera para introducir música de referencia para estudiar o tocar sobre ella y la segunda para poder disfrutar del amplificador sin molestar en casa. Y la salida de línea balanceada, fundamental para enviar la señal con total calidad a la primera estación del sistema de grabación (tarjeta de sonido, previo, etc.). Y si rizamos el rizo grabando una segunda pista de bajo recogiendo el sonido del altavoz mediante un micrófono adecuado, aprovechando lo bien y profesional que suena este combo, pues ya ni te cuento…

Y ahora vamos a la miga del asunto. ¿Cómo suena y cuánto suena? Bueno, pues ante todo diré que suena súper bien. Por supuesto que nadie espere un volumen alto, porque no es para lo que está concebido, pero sí calidad, redondez y, sobre todo, suena a bajo, cosa que a veces uno duda que pueda lograrse en formatos tan pequeños. Y suena a bajo con calidad EBS, lo cual se dice en cuatro palabras pero tiene mucha importancia. Es importante reseñar que el previo, donde se encuentra la EB básica de Graves y Agudos, está fabricado con la misma calidad de componentes que sus hermanos mayores que valen hasta 20 veces más. De hecho, en la web del fabricante se afirma que toda la electrónica está basada en la del cabezal EBS Classic 450, ¡ahí es nada!

De los tres amplis objeto de prueba en estas páginas, es el que mejor resiste ajustes altos del potenciómetro de volumen sin distorsionar ni deteriorar la calidad del sonido, aunque no es el que suena más alto. La calidad del pequeño cono de 8” es uno de los factores

decisivos para ello. Sin duda, el EBS Classic Session 30 es un combo muy recomendable si quieres tocar en casa o grabar, todo ello a volumen reducido, con excelente calidad de sonido. Y además es el más pequeño de los 3.

Ampeg BA-108

Ampeg BA-108

Vamos a por el segundo. El turno le toca ahora al Ampeg BA-108, otra marca legendaria en esto de amplificar el bajo. También la estética de este combo nos transporta a la estética clásica de la marca, con fron- tales de tela negros, logotipo en la esquina superior izquierda y ribete blanco contorneando el frontal. O sea, que de entrada ya tenemos un Ampeg, y eso siempre gusta. ¿Pero es un Ampeg tan Ampeg como sus hermanos mayores?

La sensación con este amplificador es que la marca no mantiene unos criterios de uniformidad como es el caso de EBS. Este combo no tiene el empaque ni el sello de marca que tienen los amplificadores y combos de alta gama de Ampeg. O al menos esa es la sensación con la que me quedo después de probarlo. No quiere esto decir que no sea una buena opción con respecto a las otras dos analizadas en estas páginas, porque veremos como en algunos aspectos es claro ganador. Simplemente creo que en este producto para Ampeg primaba el abaratamiento del producto y eso se tiene que notar inevitablemente. De hecho es más barato que el EBS y que el Warwick, así que aquí te- nemos ya uno de los aspectos en los que es ganador. Y no es el único.

También es el que da más volumen de los 3. Con 25 watts, y a pesar de tener menos potencia que el EBS, este combo suena más alto, considerablemente más alto. Ahora bien, a partir de poco más allá de la mitad del recorrido del pote de volumen, el sonido empieza ya a sufrir cierta degradación que va en aumento según nos acercamos a su tope máximo. Por supuesto, buena culpa de esta distorsión que aparece (distorsión “rajada”, no vayáis a pensar en saturación “valvulera”) la tiene el altavoz, que es una de las piezas de menor calidad de todo el combo. Aún así, parándonos en la mitad de su entrega de volumen, ya suena considerablemente alto para un formato tan pequeño.

En cuanto a la calidad de sonido, mientras no se fuerza el volumen, es aceptable. Otro punto a favor es control de medios en la EQ, que junto con los de graves y agudos permiten entre las 3 bandas de ecualización dar forma al sonido y contrarrestar un tanto la sensación inicial de calidad regular.

De utilidad resulta también el control de nivel de la en- trada auxiliar, las dos entradas diferenciadas para bajos pasivos y activos, algo que al no tener control de ganan- cia parece casi obligatorio, y el lazo de efectos situado en la parte posterior, que posibilita la conexión de pedales o multiefectos directamente en el recorrido de la señal. Como nota negativa, advertir que la salida de línea es mediante un Jack 1⁄4”, no balanceada, lo que supone que más allá de un entorno de grabación doméstico no será la solución a elegir para grabar el bajo.

Por último decir que es el más voluminoso y pesado de los tres comparados, sin que la diferencia entendamos que pueda ser significativa a la hora de decidirse por cualquiera de ellos, ya que se tratan todos de tamaños muy contenidos.

Warwick BC20

Warwick BC20

Aunque Warwick es una marca cuyo perfil no está demasiado volcado hacia la amplificación, optamos por este modelo como tercera opción a comparar porque nos gus- tó cuando lo probamos y pensamos que merecía la pena trasladar esa opinión a los lectores.

Es el que menos potencia entrega de los 3 (tan sólo 20 watts), pero suena realmente bien.

Muchas de sus características pueden asemejarse a las del EBS y el Ampeg y pueden compararse fácilmente en la tabla que a tal efecto hemos elaborado y acompaña a este artículo, aunque en líneas generales es el más básico y espartano de los tres. Ecualización de tres bandas, dos entradas de instrumento (bajos activos y pasivos), volumen general y entrada auxiliar y salida de auriculares configuran el frontal.

Los puntos más favorables en la construcción de este combo son: la impresionante sensación de robustez, a lo que contribuye mucho la rejilla metálica del frontal, que le otorga una estupenda protección al altavoz; la incorporación de un tweeter que para muchos bajistas será un añadido que agradecerán a la hora del slap, los solos o simplemente para tener esa chispa de agudos cristalinos en el sonido (aunque a otros muchos les estorbará ya que no se puede silenciar); y por último, el circuito DDL, un limitador dinámico de distorsión que evita que ésta aparezca aunque se fuerce el volumen al máximo.

El sonido de este combo es bueno, bastante bueno, pero hay que matizar un par de cosas al respecto: es el que más colorea el sonido de los 3 comparados y el volumen es el menor también de los 3. A pesar de ese color que añade al bajo, a mí me gusta. Y la explicación es fácil: está diseñado y ecualizado para compensar la falta de tamaño. Algo así como si viniera con una pre-ecualización de fábrica pensada para que no se note que es un combo chiquito. Es como si con cualquiera de los otros nos pusiésemos a trabajar la ecualización hasta conseguir cuerpo y densidad, pero en el Warwick ya lo tenemos de entrada. Habrá a quien esto le guste y a quien no, pero es enchufarse en él y sonar bien desde el principio.

Por supuesto, la ecualización de tres bandas responde con calidad cuando se trabaja, por lo que a este soni- do coloreado inicial se le pueden hacer todos los ajustes necesarios para “recolorearlo” o, si se prefiere, “descolorearlo”. Handicap grande: no tiene salida de línea, lo que lo sitúa prácticamente al margen de ser utilizado para grabar a menos que se microfonee, algo poco habitual (por desgracia) en los tiempos que corren.

La falta de volumen con respecto al EBS y al Ampeg puede ser un problema si se requiere tocar alto, pero como en principio no parece que sea ese el objetivo de estos cacharros, pues tampoco lo considero un obstáculo decisivo a la hora de decidir. Peor veo la falta de salida de línea.

Especificaciones

CONCLUSIONES

Probablemente todos los lectores habrán sacado ya las suyas, pero aquí van las mías. El más completo, tanto para un uso de práctica como de grabación, con la mejor calidad y a la vez el tamaño y peso más reducido es el EBS Classic Session 160. El hecho de que sea el único con solamente dos bandas de ecualización no afecta a la calidad ni posibilidades de encontrar buenos tonos, ya que es una ecualización más que buena. La salida de lí- nea XLR balanceada es una prestación a mi modo de ver imprescindible si se va a usar para grabar. Este es mi ganador.

El Ampeg podría tener opciones si se necesita volumen alto o si la diferencia de dinero es importante y el Warwick suena muy bien pero muy especial (yo aconsejaría probarlo antes) y también puede ser una opción si no necesita salida de línea y ni mucho volumen.

Dicho esto, cualquiera de los tres es una buena compra, lo que ocurre es que cuando se compara tiene, sin remedio, que haber ganadores y no tan ganadores. Tanto si es tu primer ampli, como si lo quieres para practicar o grabar en casa, o para calentar en los camerinos, o para llevar a clase con tu profesor o para tocar en plan “tranqui” con tus colegas y sus guitarras acústicas, con cualquiera de los tres irás bien. Pero el EBS está un escaloncito arriba.

Jerry Barrios

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