Revista de Bajos

Charvel Pro-Mod San Dimas PJ & JJ

A veces no hace falta reinventar la rueda para que las cosas funcionen. Esa sería un poco nuestra conclusión (a modo de intro) tras probar estos nuevos bajos Charvel Pro-Mod San Dimas de 4 y 5 cuerdas, dos instrumentos muy bien ejecutados y que por un lado se basan en modelos clásicos de toda la vida pero que añaden una pizca de nostalgia ochentera al tiempo que incorporan características y mejoras actuales. ¿Una combinación ganadora? Sigue leyendo y lo averiguarás.

Un poco de historia

Wayne Charvel  fundó su compañía a comienzos de los 70, dedicándose inicialmente sobre todo a la reparación y modificación de instrumentos. Pronto adquirió muy buena fama y artistas de la talla de  Eddie Van Halen (Van Halen), Richie Sambora (Bon Jovi), Warren DeMartini (Ratt), Randy Rhoads y muchos otros empezaron a usar sus instrumentos, los cuales básicamente eran “Superstrats”, es decir, versiones “hipervitaminadas” de la Fender Stratocaster con una sola pastilla humbucker, puente flotante, etc.

En 1978 Wayne Charvel vendió su compañía a Grover Jackson y durante varios años ambas marcas se produjeron en la misma fábrica, ocupándose Jackson de los modelos con diseños más extremos (la mítica guitarra Rhoads, por ejemplo) mientras que por su parte Charvel fabricaba los modelos tipo Superstrat.

A finales de los 80 Charvel fue vendida a una compañía japonesa, pasando a producirse en ese país la totalidad de guitarras y bajos de esta marca hasta 1991, momento en que desapareció del planeta. Fue en 2002 cuando fue adquirida por Fender (quien también había comprado Jackson Guitars poco antes) y desde entonces estos instrumentos se vienen fabricando tanto en USA como en México.

Si bien Charvel es una marca que asociamos más con guitarras, lo cierto es que desde siempre han incorporado bajos a su catálogo. La mayoría de los modelos consistían en versiones sin golpeador y con la típica pala en “pico” muy usada en el hard rock de la década de los 80.

Los instrumentos

Los dos modelos que hoy analizamos para Bajos y Bajistas están basados en clásicos bajos Fender (más detalles luego) pero con algunas características únicas que los hacen súper interesantes.

Ambos bajos exhiben un aspecto muy limpio gracias a la ausencia de golpeador, los colores metalizados muy vivos y el uso de mástiles y diapasones de “arce caramelizado”. Las pastillas llevan una cubierta en color crema completando una estética súper ochentera, aunque es cierto que las palas han visto suavizada su forma y ahora son idénticas a las de Fender, dejando atrás esa forma de pico. De hecho, en la parte de atrás de la pala nos encontramos con una pegatina que indica que la forma de la pala está autorizada por FMIC (Fender Musical Instruments Corporation). Esto nos recuerda que Fender ha tenido varios pleitos con otras marcas en lo que respecta al diseño original de las palas de sus bajos y guitarras, de modo que se han querido asegurar de que estos bajos, que no dejan de ser producción propia, salen al mercado con la debida autorización. No sabemos si esto implicará una política más estricta a partir de ahora por parte de Fender sobre este asunto u otras marcas tomarán nota, pero es un detalle significativo.

 

Sea como sea, esta combinación de colores, maderas, componentes y la pala clásica crea un aire contemporáneo irresistible.

Los bajos Pro-Mod San Dimas son instrumentos creados a partir de una fórmula tradicional sobradamente contrastada: cuerpo de aliso y mástil atornillado de arce con diapasón también de arce, escala 34” y 20 trastes.

El ajuste del alma, como viene siendo habitual el Charvel desde hace unos pocos años, es sin duda el más cómodo posible ya que no necesitas una llave especial para ello (lo mismo que ocurre con Music Man o Sadowsky). La pala no tiene inclinación hacia atrás, haciendo necesaria una pieza para dar el ángulo correcto a las cuerdas, pero en este caso es más efectiva que la tradicional, ya que actúa sobre 3 cuerdas en el bajo de 4 y sobre 4 en el de 5.

Los años 80 vieron un boom de la “customización” de guitarras por parte de los propios músicos, quienes tenían por fin acceso a mejores puentes, clavijeros o pastillas. DiMarzio era la marca de pastillas de moda en la época y, de modo muy acertado a nuestro juicio, incluyeron en su catálogo las pastillas con cubierta en color crema o blanco, haciendo que se pudiera reconocer en los conciertos y los vídeos de las bandas que ese instrumento las llevaba montadas. Hoy en día los mecanismos para hacer popular un producto tienen que ver sobre todo con las redes sociales pero en aquella época un elemento tan sencillo como una cubierta de pastilla diferente hacía perfectamente esa labor. Afortunadamente, la calidad de las pastillas Di Marzio sigue siendo estupenda así que nos parece doblemente acertado que hayan optado por instalarlas en estos bajos.

Algunos detalles que nos parecen destacables en estos instrumentos son los dos refuerzos de grafito que incorpora el mástil que aseguran estabilidad y los puntos laterales son de Luminlay (podrás seguir sabiendo dónde están las notas en un escenario oscuro).

Aparte de la diferencia en número de cuerdas (y color de herrajes), el modelo de 4 cuerdas monta un set PJ, mientras que en el caso del 5 cuerdas es JJ.

 

En uso

El tacto y las dimensiones nos resultan familiares y naturales desde el primer momento, lo cual era de esperar. El peso moderado de estos instrumentos (4.1kg en el 4 cuerdas, 4.25kg en el 5), combinado con un mástil de arce caramelizado súper agradable, unos trastes perfectamente instalados y pulidos (con bordes redondeados) así como la escala tradicional de 34” en ambos y el radio del diapasón compuesto que va de 12” a 16” hacen que la experiencia de tocar estos bajos sea realmente cómoda.

La sensación que tienes en todo momento es la de estar tocando un Fender de toda la vida. No en vano están construidos en la fábrica de Fender en Ensenada, México. Eso sí, notamos algunas mejoras interesantes respecto a Fender como serían un cuerpo más pequeño, un tacto más suave en el mástil y una mayor sensación de comodidad en general, lo cual nos encanta.

Este tipo de bajos que se encuentran en un rango de precio digamos medio a veces sufren por el uso de componentes de una calidad cuestionable, pero nos agrada comprobar que ese no es el caso en estos dos Pro-Mod San Dimas. Todo lo contrario. El puente es realmente robusto, las clavijas suaves y precisas y la ejecución del instrumento impecable.

En cuanto a la electrónica, consideramos todo un acierto dotar a estos bajos de pastillas DiMarzio (un set Area J en el 5 cuerdas y un set Model J & Model P en el 4 cuerdas) ya que, además de sonar realmente bien, son un claro guiño a las modificaciones que muchos hacíamos en aquella época intentando dotar a nuestros bajos de un sonido superior.

El previo activo de 3 bandas cumple su función perfectamente. Creemos que el uso discreto de la EQ es recomendable en este caso ya que los extremos de la misma pueden resultar un tanto exagerados, pero en cualquier caso es una herramienta excelente para aportar un color diferente. La pila para este previo se aloja en un compartimento de acceso rápido en la parte trasera, de modo que si tienes que cambiarla en directo sólo tardarás unos segundos.

No disponemos de modo pasivo, de modo que si la pila baja de una cierta carga nos quedaremos sin sonido. Afortunadamente, muchas horas antes de llegar a tal extremo el propio bajo nos “avisa” ya que comenzaremos a escuchar una ligerísima saturación en las notas más graves, momento en el cual deberíamos poner una pila nueva. Como precaución, lleva siempre una pila en tu funda, pero con 1 sola pila deberías poder usar el bajo durante un año en circunstancias normales (2 si tus ensayos y conciertos son muy numerosos). Eso sí, al igual que en todos los bajos activos, recuerda quitar el cable del mismo cuando no lo estés usando, ya que el hecho de conectar un Jack comenzará a gastar la pila.

 

Con la EQ plana cada pastilla entrega un sonido lleno y grande que de hecho exhibe un poco más de cuerpo y de brillo del que nos encontramos en bajos con otras pastillas similares. Es como si el sonido ya estuviera ligeramente ecualizado, ganando en presencia y potencia. Esto hace que sea tremendamente fácil obtener un sonido excelente al usar el bajo en una situación real sin necesidad de usar prácticamente ni su propia EQ ni la del ampli.

Podríamos describir el sonido como orgánico, familiar, lleno y con el nivel justo de agudos y definición. A partir de aquí, en función de tus gustos, tu necesidad y tu ampli, podrás variar el sonido con la EQ interna y eliminar prácticamente todos los agudos para obtener un sonido vintage o bien potenciar graves y agudos para un sonido súper moderno. Con pedales de overdrive nos encanta el sonido que se obtiene al recortar agudos y aumentar ligeramente los medios.

Aunque el sonido de ambos bajos es muy similar de carácter, obviamente la pastilla tipo Split del 4 cuerdas se muestra un poco más poderosa en medios graves que su equivalente del 5 cuerdas. También ocurre que al mezclar al 50% cada pastilla en el bajo de 5 tenemos un sonido Super Jazz bass “de libro” mientras que la combinación PJ produce un sonido ligeramente más hueco y nos atreveríamos a decir “moderno”, algo que suele ocurrir precisamente en bajos con esta configuración PJ.

Por cierto, la quinta cuerda del modelo JJ es sencillamente perfecta. No se percibe en absoluto falta de volumen ni definición respecto a las otras 4, y esto es destacable en un bajo que no deja de ser bastante asequible y que además es de escala 34”.

Conclusiones

Sinceramente nos parece que son instrumentos asequibles que están perfectamente construidos, donde además se ha cuidado mucho cada detalle, heredando además buena parte de los conocimientos y experiencia a la hora de fabricar bajos de Fender pero con algunas características tanto estéticas como funcionales que los acercan a bajos del concepto “Súper Jazz Bass” de un precio muy superior. También nos gusta la estética, todo un guiño a la enorme trayectoria de Charvel pero con la suficiente elegancia como para poder sobrevivir al paso del tiempo sin que te canses de él. Vamos, que se nota que Charvel han hecho los deberes a la hora de presentarse de nuevo en el mercado del bajo.

Si buscas un bajo de precio moderado, con muy buen sonido, construcción impecable y un estética clásica y moderna a la vez, te recomendamos que te acerques a tu dealer Charvel preferido y los pruebes. Es muy posible que salgas de la tienda con uno de ellos, estás advertido.

Texto y fotos: Joaquín García

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