Revista de Bajos

Los 3 pilares de la improvisación. Andrés Rotmistrovsky

Si te has preguntado alguna vez cómo hacen esos músicos que admiras para improvisar y fluir en la música con total libertad, y luego sientes frustración al no saber por dónde comenzar el proceso que nos lleva a adquirir esas herramientas, este artículo es para ti.

Es fácil olvidar que uno puede ser un músico que toca un instrumento, más que un instrumentista que toca música. Si bien parece sutil, la diferencia es abismal, y es muy probable que aquellos bajistas que admires al improvisar, tengan todo el foco en la música, y de esa forma lograr que ese sea el motor para fluir con total naturalidad (y musicalidad) en su instrumento.

Considero que para desarrollar nuestra libertad al improvisar —tanto en la creación de líneas de bajo, como en nuestra capacidad a la hora de hacer un solo, o inclusive de componer música— es sumamente importante comprender y luego trabajar en 3 puntos esenciales: audioperceptiva, visualización abstracta y visualización del diapasón.

A continuación te dejaré algunas ideas para que desarrolles tus propios ejercicios en cada uno de los puntos. Debo aclarar que las posibilidades son interminables, y ahí también puedes poner en juego tu creatividad, y conectar con la idea de que cada uno es su propio maestro.

  1. Audioperceptiva:

    Muchas veces esta palabra tiene una connotación negativa para quienes la estudiaron, como algo muy rígido tal vez, en un conservatorio o escuela de música. Creo que hay muchas formas de trabajar en afinar tu percepción musical, y recomiendo que la estudies como si fuera siempre un juego.

    La idea es poder reconocer intervalos, acordes, tonalidades, y también tener una percepción en todo lo rítmico, que considero también dentro del universo de audioperceptiva.

    Un excelente ejercicio de audioperceptiva, es simplemente explorar la música desde otro instrumento. Aclaración: todo esto puede ser como un simple juego, sin presiones y sin la necesidad de perfeccionarse en otros instrumentos. Si tu instrumento principal es el bajo, entonces recomiendo aprender a interpretar música desde un piano o una batería, por ejemplo; todo esto te va a abrir nuevas perspectivas cuando vuelvas a tu instrumento principal.

    Recomiendo cantar intervalos, si no tienes experiencia en esto puedes comenzar por las quintas: tocas un Do y cantas un Sol, por ejemplo. Si eso te cuesta, no hay apuro ni presiones, lo vas revisando y haciendo a tu tiempo. Luego intentas con otros intervalos y en todas las tonalidades.

    1. Hay muchísimas apps hoy en día, la mayoría gratuitas, para trabajar tu percepción musical, a través de estas aplicaciones se podrá vivir esta experiencia como un entretenido juego. Aquí les dejo algunas que conozco y recomiendo: “Perfect Ear” y “Chet”.

      Y por último, una de las disciplinas más bonitas para perfeccionar tu percepción es la de transcribir músicas. Recomiendo que busques canciones o temas que te llamen la atención y te gusten, que intentes sacarlos de oído. Puedes comenzar por la melodía principal, luego el bajo y luego interpretar y analizar (con los recursos que tengas) a la armonía. No hace falta que lo escribas en una hoja pentagramada, puedes simplemente memorizarlo y analizarlo mentalmente.
      Recomiendo transcribir la mayor cantidad de temas que puedas, cada uno les enseñará algo nuevo!

    2. Visualización Abstracta:

      Este punto, es tal vez el más exacto y más rígido de todos. A la vez, cuando tienes interiorizado todo esto, podrás conectar con elementos muy expresivos y emotivos, que hacen que la música fluya con libertad y sin interferencias.

      Cuando hablo de visualización abstracta me refiero a poder nombrar y comprender, rápidamente, los elementos que constituyen una tonalidad, una escala, los intervalos y todas las relaciones de lo anterior.

      Por ejemplo:
      —¿Qué notas tiene la escala de G Mayor Natural?
      —G, A, B, C, D, E, F#
      —¿Y la de Db Lidia?
      —Db, Eb, F, G, Ab, Bb, C
      —¿Cuál es la quinta de E?
      —B
      —¿Y la tercera menor de Eb?
      —Gb

      Dejaré una serie de ejercicios, y por supuesto siempre sugiriendo que inventes otros más.

      Ejercicio 1 (lo puedes hacer cuando estás caminando o en un medio de transporte):
      Puedes nombrar intervalos de terceras diatónicas (dentro de la escala) en una tonalidad.
      Comenzando en C sería: C, E, G, B, D, F, A, C, E, G, B, D, F, A, C, etc…
      Lo dices en voz alta y lo vas visualizando.

      Ejercicio 2:
      Anotas las 12 tonalidades en el orden que quieras, luego buscas un intervalo y lo nombras en cada una de las 12 tonalidades.
      Por ejemplo, voy a nombrar intervalos de 6 (sexta mayor)
      C: A
      F: D
      Bb: G
      Eb: C
      Ab: F
      Db: Bb
      Gb: Eb
      B: G#
      E: C#
      A: F#
      D: B
      G: E

      Así, a tu tiempo, sin apuro, y con todos los intervalos.

      Estudiar la visualización abstracta te va a dar sorprendentes recursos para fluir en tu improvisación, porque vas a comenzar también a conectar intervalos y escalas, con las emociones y los colores que las mismas evocan.

    3. Visualización del diapasón:

      Aquí lo que buscaremos es poder nombrar a cada una de las notas en cada una de las posiciones en el diapasón.

      Por ejemplo, que tengas control total para visualizar en tu mente y luego en el instrumento a todas las notas Bb en el rango completo de tu bajo.

      Dejo a continuación, algunas ideas para avanzar en este camino.

      Ejercicio 1:
      Elige una nota, digamos “C”. La tocas en todo el diapasón, en cada cuerda y en cada posible posición. Luego pasas a otra nota, y así con todas las 12 notas posibles. Si te confundes, no te frustres, simplemente lo haces más lento y con más calma.

      Ejercicio 2:
      Tocas una pentatónica a elección, digamos que lo hacemos con la pentatónica de C mayor (notas C, D, E, G, A). Buscas todas y cada una de esas notas en todo el registro, en todas las posiciones de tu instrumento, más grave y más agudo.

      Luego, obviamente, vas creando tus propios ejercicios para poder visualizar claramente el mapa de todo el diapasón.

    La idea es que puedas desarrollar una rutina de estudios que incluya estos puntos, y que puedas identificar tus dificultades, así poder nivelar tus capacidades musicales.
    Por ejemplo: si sientes que puedes con facilidad visualizar el diapasón y también pensar en relaciones abstractas en la música, pero te cuesta mucho cantar intervalos o reconocerlos cuando los escuchas, te aconsejo que pongas el foco en estudiar audioperceptiva.

    Así será más fácil unir conceptos a la hora de improvisar, por ejemplo digamos que estás en la tonalidad de Ab y escuchas en tu imaginación un sonido Lidio con la #4 (cuarta aumentada), sabes que esa nota es un D y también puedes encontrarla con facilidad en tu instrumento.

    Vas a ver que al estudiar y nivelar estos puntos, vas a comenzar a sentir una libertad muy especial, propia de un músico que toca un instrumento.

    ¡Todo lo mejor con esto, y que sea con mucha música!

    1. Hay muchísimas apps hoy en día, la mayoría gratuitas, para trabajar tu percepción musical, a través de estas aplicaciones se podrá vivir esta experiencia como un entretenido juego. Aquí les dejo algunas que conozco y recomiendo: “Perfect Ear” y “Chet”.

      Y por último, una de las disciplinas más bonitas para perfeccionar tu percepción es la de transcribir músicas. Recomiendo que busques canciones o temas que te llamen la atención y te gusten, que intentes sacarlos de oído. Puedes comenzar por la melodía principal, luego el bajo y luego interpretar y analizar (con los recursos que tengas) a la armonía. No hace falta que lo escribas en una hoja pentagramada, puedes simplemente memorizarlo y analizarlo mentalmente.
      Recomiendo transcribir la mayor cantidad de temas que puedas, cada uno les enseñará algo nuevo!

    2. Visualización Abstracta:

      Este punto, es tal vez el más exacto y más rígido de todos. A la vez, cuando tienes interiorizado todo esto, podrás conectar con elementos muy expresivos y emotivos, que hacen que la música fluya con libertad y sin interferencias.

      Cuando hablo de visualización abstracta me refiero a poder nombrar y comprender, rápidamente, los elementos que constituyen una tonalidad, una escala, los intervalos y todas las relaciones de lo anterior.

      Por ejemplo:
      —¿Qué notas tiene la escala de G Mayor Natural?
      —G, A, B, C, D, E, F#
      —¿Y la de Db Lidia?
      —Db, Eb, F, G, Ab, Bb, C
      —¿Cuál es la quinta de E?
      —B
      —¿Y la tercera menor de Eb?
      —Gb

      Dejaré una serie de ejercicios, y por supuesto siempre sugiriendo que inventes otros más.

      Ejercicio 1 (lo puedes hacer cuando estás caminando o en un medio de transporte):
      Puedes nombrar intervalos de terceras diatónicas (dentro de la escala) en una tonalidad.
      Comenzando en C sería: C, E, G, B, D, F, A, C, E, G, B, D, F, A, C, etc…
      Lo dices en voz alta y lo vas visualizando.

      Ejercicio 2:
      Anotas las 12 tonalidades en el orden que quieras, luego buscas un intervalo y lo nombras en cada una de las 12 tonalidades.
      Por ejemplo, voy a nombrar intervalos de 6 (sexta mayor)
      C: A
      F: D
      Bb: G
      Eb: C
      Ab: F
      Db: Bb
      Gb: Eb
      B: G#
      E: C#
      A: F#
      D: B
      G: E

      Así, a tu tiempo, sin apuro, y con todos los intervalos.

      Estudiar la visualización abstracta te va a dar sorprendentes recursos para fluir en tu improvisación, porque vas a comenzar también a conectar intervalos y escalas, con las emociones y los colores que las mismas evocan.

    3. Visualización del diapasón:

      Aquí lo que buscaremos es poder nombrar a cada una de las notas en cada una de las posiciones en el diapasón.

      Por ejemplo, que tengas control total para visualizar en tu mente y luego en el instrumento a todas las notas Bb en el rango completo de tu bajo.

      Dejo a continuación, algunas ideas para avanzar en este camino.

      Ejercicio 1:
      Elige una nota, digamos “C”. La tocas en todo el diapasón, en cada cuerda y en cada posible posición. Luego pasas a otra nota, y así con todas las 12 notas posibles. Si te confundes, no te frustres, simplemente lo haces más lento y con más calma.

      Ejercicio 2:
      Tocas una pentatónica a elección, digamos que lo hacemos con la pentatónica de C mayor (notas C, D, E, G, A). Buscas todas y cada una de esas notas en todo el registro, en todas las posiciones de tu instrumento, más grave y más agudo.

      Luego, obviamente, vas creando tus propios ejercicios para poder visualizar claramente el mapa de todo el diapasón.

    La idea es que puedas desarrollar una rutina de estudios que incluya estos puntos, y que puedas identificar tus dificultades, así poder nivelar tus capacidades musicales.
    Por ejemplo: si sientes que puedes con facilidad visualizar el diapasón y también pensar en relaciones abstractas en la música, pero te cuesta mucho cantar intervalos o reconocerlos cuando los escuchas, te aconsejo que pongas el foco en estudiar audioperceptiva.

    Así será más fácil unir conceptos a la hora de improvisar, por ejemplo digamos que estás en la tonalidad de Ab y escuchas en tu imaginación un sonido Lidio con la #4 (cuarta aumentada), sabes que esa nota es un D y también puedes encontrarla con facilidad en tu instrumento.

    Vas a ver que al estudiar y nivelar estos puntos, vas a comenzar a sentir una libertad muy especial, propia de un músico que toca un instrumento.

    ¡Todo lo mejor con esto, y que sea con mucha música!

    Andrés Rotmistrovsky

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