Revista de Bajos

O3 Lithium 5 Red Limba

No se puede decir precisamente que estemos viviendo momentos muy buenos en España, ni económicamente, ni socialmente, ni prácticamente en ningún aspecto. Pero curiosamente hay un movimiento interesante en lo que a la proliferación de luthieres “de aquí” se refiere. Nunca habíamos tenido en este país tantos ni tan buenos. Quizás sea la maldita y duradera crisis la que ha impulsado a que crezca este colectivo de artesanos dedicados a la fabricación de instrumentos musicales, en un intento de ganarse la vida o implantar su propio negocio ante la falta de otras perspectivas menos arriesgadas. No obstante, y sea como fuere, para los bajistas es una excelente noticia tener tan a mano gente que construye tan buenos bajos y que, poco a poco, incluso va abriéndose paso en mercados internacionales, no sin mucho esfuerzo.

En esta ocasión vamos a analizar una verdadera joya de uno de estos jóvenes luthiers. Se trata de un bajo de la marca o3 Guitars, el modelo Lithium 5 Red Limba. Detrás del nombre comercial de o3 Guitars está Alejandro Ramírez, luthier afincado en Almería, y con una larga y brillante trayectoria en la construcción de bajos y guitarras.

Cada vez es más difícil encontrarse con un bajo que nos sorprenda por ofrecer algo distinto a “lo ya conocido”, porque la diversidad de marcas, modelos y avances evolutivos surgidos en los últimos 30 años ha sido una constante la diversidad de marcas, modelos y avances evolutivos desde los años último Podemos descubrir uno que suene muy bien, otro que sea muy cómodo, que nos llame la atención porque es muy bonito estéticamente, o porque tenga una relación calidad-precio realmente notable. Pero, a estas alturas, encontrar un instrumento del que se pueda afirmar que ofrece novedades es casi impensable. Bueno, rectifico, era casi impensable. Porque, como vamos a ver más adelante, este Lithium 5 de o3 sí tiene detalles y características constructivas de verdad diferentes.

 

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La construcción, cinco estrellas

En un bajo de boutique como es el caso, analizar a fondo la construcción del instrumento es algo inevitable y que nos lleva a comprender muchas de su excelencias. En primer lugar, empezaré por decir que hacía mucho tiempo que un bajo no me transmitía la sensación de obra de arte como me ha ocurrido en esta ocasión. Y creedme que no exagero lo más mínimo. Si tuviese que poner un ejemplo de acabado perfecto, bien podría ser este.

Desde el punto de vista estético solamente puedo afirmar que a mí me gusta, pero, por supuesto, este aspecto es opinable y muy personal de cada uno. El cuerpo tiene una forma original y fácilmente reconocible pero sin romper demasiados esquemas. Resulta muy confortable, es más bien manejable y reducido, con un peso muy bajo, muy bien equilibrado tanto si tocas de pie como sentado, y el cuerno inferior permite uno de los accesos más cómodos a los trastes altos que he probado jamás. Además de lo espectacular que resulta el acabado en brillo sobre el color rojo de la madera, el contraste con el hardware negro, los bloques de arce y wenge que entran como continuación del mástil, el contorneado ergonómico de las formas y el adorno de la línea perfilada en negro en la parte superior del cuerpo le otorgan una personalidad impresionante. Habrá a quien le resulte atractivo o no, pero es inegable que el diseño está trabajado al máximo, es diferente y rebosa calidad a simple vista. De todas las cosas que le distinguen, y que iremos descubriendo según avancemos en el análisis, la imagen es una de ellas.

Vamos ahora con las maderas y las técnicas de construcción. Otra de las cararcterísticas que nunca habíamos tenido la oportunidad de ver es la utilización de madera de Limba. Se trata de una madera africana muy apreciada y que no se ve frecuentemente por su escasez. Por ello, y volviendo a la cuestión estética, es llamativo el resultado del barniz brillante aplicado en una fina capa, porque así resaltan mucho mejor todos los atributos visuales de esta exótica madera.

¿Y cuales son las características de sonido y resonancia de esta madera? ¿Se ha sacrificado el sonido en favor de la presencia del instrumento? Esta es una duda que siempre emerge cuando estamos ante bajos de boutique de estas características tan singulares, pero en este caso veremos que no. Es más, parte del encanto de este instrumento es su sonido tan especial, del que más adelante hablaremos.

El mástil es, sencillamente, una pasada. Construido con 5 piezas, 3 de arce y 2 de wenge, maderas ambas de gran dureza, el tacto es algo que no resulta sencillo describir con palabras. Su acabado satinado le da una suavidad extrema, y el perfil y la curvatura, que se van aplanando según avanzamos hacia la parte inferior, son perfectos para tocar cómodamente y recorrer el mástil con velocidad. Ya sé que puede sonar extraño lo que voy a decir, pero no encuentro mejor manera de describir la sensación de mi mano sobre este mástil: es como marfil suave pero con la calidez de la madera. Probablemente haya sido el mástil lo que más me ha impresionado del Lithium 5. Cuando hablaba de diferencias significativas con otros instrumentos, esta era otra de ellas, el tacto del mástil.

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Continuando con el mástil, es de escala 35”, la preferida por muchos bajistas en los bajos de 5 cuerdas, ya que la tensión extra que se aplica sobre la 5ª cuerda puede mejorar su afinación y tono; por el contrario, su mayor longitud quizás sea una incomodidad para algunos. Tampoco había visto nunca el nivel de artesanía de las incrustaciones que marcan los trastes. No solo permiten una visibiidad perfecta incluso en escenarios con muy poca luz (algo muy simple que en muchos bajos no se tiene en cuenta, pero que puede resultar de vital importancia cuando se necesita), sino que personalizan el instrumento y crean la sensación de tener en las manos una pieza única hecha por las manos de un luthier exquisito. Como remate estético, la trabajosa incrustación de madreperla que simboliza el anagrama del modelo (Lithium 5) en el diapasón de Wenge. El trabajo de los 24 trastes de níquel, tamaño Medium, es igualmente perfecto.

El sistema elegido para la unión del mástil al cuerpo es “encolado profundo”, es decir, entrando por la parte frontal del cuerpo hasta la altura de la pastilla del puente. Esto significa que no es un “neck thru” (mástil a través del cuerpo) pero casi. De este modo, se evitan alguna de los inconvenientes de los “neck thru”, como el hecho de que el cuerpo no pueda ser de una pieza, lo cual afecta a su capacidad de resonancia, y sin embargo se consiguen las típicas características de ellos: el sustain y el aporte al equilibrio tonal del bajo.

Atención a otra de sus características más singulares: la anchura del mástil, que bien podría ser el de un bajo de 4 cuerdas “ancho”. Con una separación entre cuerdas de 17 mm, una anchura de 4,10 cm en cejuela y 25,9 cm en el traste 12, es el bajo de 5 cuerdas con las cuerdas más juntas que he tocado en mi vida. Al principio la sensación es rara, pero en cuanto llevas un rato empiezas a familiarizarte y descubres que apenas hay que mover la mano para abarcar un gran rango de notas. Esta configuración es perfecta para quien venga de tocar en un 4 cuerdas (tipo Jazz Bass, por ejemplo), para quien tenga unas manos no muy grandes, para quien necesite mucha rapidez de ejecución y para quien toque con muchos desplamientos por el mástil. No tan cómodo para los amantes del slap, que tendrán que extremar el cuidado con la mano derecha para lograr percusiones limpias sobre una cuerda sin rozar la adyacente.

Clavijeros Gotoh, puente ABM, refuerzos internos de carbono en el mástil, cierres de seguridad para correa Gotoh y cejuela de grafito (¡más sustain!) son los restantes elementos constructivos que ponen este bajo en la cima de la calidad y el refinamiento.

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La electrónica, de boutique

La electrónica elegida para el Lithium 5 está también muy estudiada para congeniar a la perfección con un bajo tan especial. Las 2 pastillas de tipo “soapbar”, una muy pegada al puente y la otra en el punto central del cuerpo, son de la marca alemana Häussel, modelo Bassbars. Quizás la marca no sea demasiado famosa, pero es una de las preferidas por los luthieres más prestigiosos de Europa. Son unas pastillas que responden con mucha claridad y con un rango dinámico muy amplio, desde los graves más profundos a los agudos más cristalinos, y que captan desde los matices más sutiles hasta los picos más intensos. Cada una de ellas está bobinada especialmente para su posición, lo cual optimiza su respuesta y su aporte al tono final del bajo. El encapsulado es de ébano, añadiendo un toque más de distinción a la estética.

El previo es un Aguilar OBP-3, con 3 bandas de ecualización, y que ya es sobradamente conocido por su calidad y versatilidad. De hecho, es también uno de los previos más habituales en los bajos de boutique. Mediante los controles de volumen (activo/pasivo), balance entre pastillas, graves, medios, agudos, selector de frecuencia central de medios (400/800 Hz) y selector de paralelo/serie como configuración de pastillas, las posibilidades de este previo son inmensas. Todos los controles de ecualización son de recorte/realce, con muesca central, lo que permite no solo subrayar ciertas frecuencias, sino también atenuarlas, que muchas veces es mejor para dar forma al sonido.

Hsata aquí, una simple descripción de los elementos, pero lo adecuado de la combinación entre maderas, diseño de construcción y electrónica se demuestra (o no) cuando nos ponemos a tocar y vemos cómo suena el bajo.

El sonido, versátil y moderno

Una vez que hemos hecho una exhaustiva radiografía del instrumento, ha llegado la hora de la verdad, que no es otra cosa que tocar en él. Como apunté anteriormente, tardé un poco en hacerme a la estrechez del mástil y a las cuerdas tan juntas, pero paulatinamente fui encontrándome cómodo y viendo cómo cada vez tocaba más deprisa y con más precisión. También me costó encontrar la posición de la mano derecha, porque ambas pastillas están muy juntas y mi tendencia natural es a tocar en el tramo de cuerdas que queda entre pastillas (cuando se trata de bajos con 2 pastillas), que para mí es el punto dulce, donde mejor equilibrio obtengo del sonido. En este caso, la pastilla “de mástil” (casi habría que llamarla “del centro”) fue el punto de referencia que tomé, tocando ligeramente por encima de ella. Esta posición es algo más arriba que donde suelo hacerlo, con lo que el timbre se hace levemente más grave, pero eso se ve compensado con la mayor cercanía global de ambas pastillas al puente, posicionamiento que aporta al sonido más medios y agudos.

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Con dos pastillas de alta señal y amplio rango de frecuencias, un previo poderoso con miles de posibilidades y maderas de la máxima calidad, la paleta de sonidos es grandísima. Pero que nadie piense en tonos clásicos tipo Fender, ni siquiera Musicman. El tipo de electrónica y las características tímbricas de la madera de limba en el cuerpo, y wenge en el diapasón, se transmiten con evidencia al sonido, y lo convierten en muy directo, muy claro y con mucha pegada. Más se puede definir como sonido de alta fidelidad que otra cosa. Y a partir de esta pureza y esta limpieza, que se pone de manifiesto con toda la ecualización en sus puntos centrales neutros, es donde entra en juego la electrónica. Si queremos calidez, busquemos realzar los graves o recortar los medios y los agudos, además de poner el selector de frecuencia de corte de medios en 400 Hz; si queremos un sonido más medioso, arriba el selector hasta los 800 Hz, potenciemos los medios y recortemos algo los graves y agudos; si queremos ecualización en “V”, la indicada para slap, recortemos medios e incrementemos graves y agudos; y así un sinfín de posibilidades más, pero todas a base de trabajar con la electrónica y la ecualización. El balance de pastillas es menos decisivo que en otros bajos, dada la cercanía de ambas.

No lo veo (ni lo oigo) tocando blues con él, sinceramente, pero sí en el estudio, en una banda de funk, jazz, fussion, progresivo, etc.

Conclusión

En definitiva, el Lithium 5 Limba Red de o3 es un bajo muy especial. Es posible que no guste a todo el mundo, pero quienes aprecian la exclusividad, la construcción manual, las maderas exóticas y su combinación con la mejor tecnología, quedarán prendados con este bajo si le ponen las manos encima. Es el bajo que más sensaciones diferentes me ha producido en muchos años. Como escribimos en el título, artesanía y electrónica de primer nivel se combinan en este bajo, que he definido como un “bajo de progreso” porque está concebido para ir un paso más allá, para ser diferente. Si yo tuviese uno, que ya me gustaría, le presentaría como mi bajo “más especial”.

La verstilidad es tremenda, la calidad de sonido muy apreciable y la separación entre cuerdas poco frecuente, aunque puede resultar adictiva para algunos después de probarla. Nuestra más sincera felicitación a Alejandro Ramírez por su trabajo y por habernos sorprendido en tantos aspectos con este instrumento. Desde luego, quien esté pensando en un encargar un bajo de boutique debería contemplar la opción de hablar con Alejandro y considerar o3 Guitars como una opción cercana y accesible, además de apoyar a nuestra gente, que bien merece la pena.

Jerry Barrios

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